viernes, 21 de mayo de 2010
No hay vuelta atrás, ni siquiera con todos los relojes en el mundo destruido solo nosotros podemos avanzar en el tiempo
Los teléfonos explotan en nuestras manos, y nuestras palabras no se escuchan esas palabras que están escritas en mi mano nunca serán capaces de transmitir lo que siento por ti.
Tomo un lápiz y escribo. Son palabras frecuentes que están en mi mente, pero mi mano no deja de temblar mientras escribo lo que siento.
De cara, tumbada en el suelo, mi mente derrama las palabras como nuevos hilos que atan en mi vida, dan rienda suelta a mi locura, a mis sueños guardados en mi interior, pero esas nuevas riendas no se ven frente a mi.
Solo pasando los días, se verá que esos hilos solo atan el lío que tengo en mi interior. Son mis sentimientos que tengo guardados, mi vida, mi castigo. Mejor cerrar los ojos y pensar que siento lo que necesito sentir.
Estoy dormida, este es mi sueño de locura, donde también apareces tú. Se siente tan cálido estar a tu lado y no importa donde estoy, si es un sueño o una realidad, en cada momentos, incluso en la noche cuando cierro mis ojos, pienso en como escribir para ti.
Me complica, me pone nerviosa, no puedo hablar, no quiero decir nada... ¿Por que es tan difícil para mí, solo decirte que te quiero ver otra vez? Cuando estás conmigo en mi locura, me siento invencible y nada parece tan fuera del alcance que mi vida y mis palabras pero siempre, cuando estoy sola es tu voz la que quiero escuchar.
Mi locura envuelve mis brazos alrededor de mis rodillas, sin poder y pensar que esta noche, en mi dulce locura podrás estar escuchando lo que te quiero decir, ahí no habrá miedo, pero no serás tu el que escuche realmente.
Envolver mis brazos alrededor de mis rodillas sin poder dormir es lo único que hace que mi vida sea real, que me haga pensar que debo escribir lo que siento, en un papel, y en mis sueños leerlo en voz alta, por que solo ahí, es donde tu voz me dirá que todo esto llegara a un final, del cual nunca tuve que despertar, ni sentir una alegría por volver a escuchar tu voz